Planificar la reforma de una casa no es tarea sencilla. Y no solo por todo lo que debes hacer antes de que un obrero entre por la puerta, sino por todo el papeleo burocrático necesario poder mover algo.
#1. Ten perfectamente definido todo lo que quieres hacer
Recopila ideas de revistas, fotografías de internet, etc, en donde aparezcan las cosas que tú quieres hacer en tu casa. Siempre será más fácil de explicarlo. una imagen vale más que mil palabras, y reduce el riesgo de malentendidos. De esa manera le resulta más fácil saber tu estilo y el tipo de acabados que deseas.
Si no has definido claramente lo que quieres conseguir, cada empresa que vaya a tu casa presupuestará lo que a ella le parezca y te dará una solución según sus propios intereses.
#2. Contacta con un arquitecto o arquitecto técnico – aparejador
Busca un técnico cualificado que te ayude a plasmar tu idea. No te preocupes por sus honorarios. Te evitarás muchos dolores de cabeza, porque estará de tu parte y sabrá como torear con las subcontratas. Y al final comprobarás que realmente te proporcionó un ahorro económico en la obra.
Generalmente la primera reunión con él es gratuita y sin compromiso. Así que aprovéchala. Ahí puedes pedir su opinión sobre las ideas que tienes en mente.
Él aportará su experiencia y te las confirmará o corregirá. Y te ayudará a conformar un presupuesto realista.
#3. Especifica claramente las calidades de los materiales ¡ojo aquí!
Especifica las calidades y acabados de los suelos, los alicatados, las instalaciones, los muebles, los electrodomésticos, la grifería, los sanitarios… todo. Esto es imprescindible para evitar discusiones posteriores.
Si lo dejas a elección del constructor, luego podrás no estar de acuerdo con los enchufes que te pusieron. Y te tendrás que callar.
#4. Solicita presupuestos descompuestos por partidas
Cuanto más detallado sea un presupuesto, más fácil será después realizar cambios de materiales, porque sabrás en todo momento en cuanto se modifica el precio final.
Si cuentas con un técnico para elaborar las mediciones, lo mejor es que las envíe a varias constructoras, para que vayan presupuestando las partidas realizadas. De tal forma que todo el mundo presupueste lo mismo, y así tengas referencias a la hora de comparar.
#5. Solicita tres presupuestos. Pueden ser más, pero nunca menos.
No solicites un único presupuesto. Tampoco pidas diez por pedir. Luego te volverás loco comparándolos. Además las empresas pierden mucho tiempo elaborándolos, y no debes abusar.
Solicita tres presupuestos para compararlos y ver cual se ajusta mejor a tus necesidades. Así podrás comprobar las carencias de uno respecto a otro, y comentárselo en caso de ser necesario.
#6. Desconfía de las reformas super-lowcost. Todo tiene su truco.
Si uno de los presupuestos recibidos es increíblemente barato, no te lances a él de cabeza. Averigua porqué ha tirado el precio así. Nadie regala nada. Y menos en la situación actual.
Puede haber una estafa por medio: Gente que es contratada, entra en tu casa con sus uniformes y herramientas, pide un adelanto para comprar materiales, y luego desaparece con el dinero. Y si te he visto no me acuerdo.
#7. Contrata a profesionales, aunque sea una reforma pequeña.
Busca siempre profesionales acreditados y solicita referencias. Además es necesario que la constructora disponga de un seguro de responsabilidad civil y que tenga asegurados a sus trabajadores.
Porque si por causas de la obra se produce un accidente dentro de tu casa, te pueden hacer responsable a tí.